SUJETOS OBJETOS DE LO POPULAR: MIRAR A UN SIGLO DE DISTANCIA
curaduría: Diego Rodríguez
Lunes a viernes de 10 a 20 h | Sábado, domingo y días festivos de 10 a 18 h
Entrada libre
Av. Acueducto 18, Centro Histórico, Morelia, Michoacán, México
En 1921, durante la presidencia de Álvaro Obregón y los festejos del centenario de la consumación de la independencia, el secretario de relaciones exteriores Alberto J. Pani comisionó a Roberto Montenegro y Jorge Enciso la realización de una exhibición de artesanías mexicanas de todo el país. Ese momento se documentó en el catálogo realizado por Gerardo Murillo, mejor conocido como dr. Atl, denominado Las Artes Populares de México. En este contexto, surgió un nuevo repertorio de visualidades y experiencias que fue tomando forma a través de artistxs, políticxs y agentes culturales que se encargaron de dar sentido a todas estas producciones en el marco del proyecto nacionalista posrevolucionario.
El arte popular, entonces, se convirtió en la base de una política de Estado del impulso ideológico en el interior del país y económico en el exterior, partiendo desde la unificación territorial y la consolidación de una identidad nacional; y expandida al coleccionismo extranjero y como detonadora del buen vecinazgo con Estados Unidos. Desde entonces, al nombrar arte popular como concepto, no sólo nos referimos a un circuito de producción creativa, un arte del pueblo o a un devenir de tradiciones colectivas, sino a una genealogía de políticas, prácticas e instituciones de las que, desde entonces, las diversas comunidades rurales e indígenas que se sitúan dentro del territorio mexicano han sido objeto.
A cien años del establecimiento de estas políticas, las obras que constituyen esta exposición, componen una revisión crítica del arte popular como proyecto de Estado, lo que abre la pauta para reflexionar las formas en las que esta noción sigue permeando hoy en día las prácticas artesanales al mediar su circulación y consumo. La muestra también ofrece un cuerpo de obras como consideraciones que se desdoblan de los restos del consumo, que apelan a la forma en la que plásticos y botellas son reapropiadas por artesanxs y articuladas con la identidad de las comunidades en la producción de nuevas artesanías de uso cotidiano, pero que son negadas, apartadas del régimen artístico por su carácter aparentemente extranjero alejado de la tradición. En contraposición, este ejercicio expositivo también ofrece una alternativa a las nociones de lo popular desde la autogestión comunitaria, como referente para ejercer otras prácticas que se desfasen de las formas en las que operan las políticas económicas del Estado.
